Un cuento de primavera

Un día de primavera, nuestras madejas de lana estaban colgadas al viento, en el porche de nuestra cabaña de tintes mientras se secaban. Las habíamos teñido en tonos rojos con nuestra planta emblemática la Rubia tinctorum, y ahora se alineaban en distintas franjas de tonos, como un pequeño paisaje en movimiento. Marta, la tintorera, se encontró ese día con el misterio de que las madejas estaban rotas y deshilachadas. 

¡Los responsables eran los carboneros y los herrerillos, que recolectaban de nuestras madejas lana para construir sus nidos! Este descubrimiento nos produjo emoción y ternura. 

Es posible que estos pequeños huevos ahora aparezcan teñidos de rojo como antaño teñían los niños sus huevos de Pascua en los pueblos cercanos. 

El pensar que los nidos este año tienen una mayor calidez y un nuevo color hace que nos sintamos más cercanos a ellos. Una llamada a seguir observando la naturaleza que nos ofrece como siempre sorpresas escondidas. 

 

Elena Goded, fundadora de ÁBBATTE